Saturday, March 13, 2010

Chile un terremoto y un destino

































Por: Germán G. Carías Bermúdez

A pocos días del terremoto de Haití la tierra se muestra intransigente, devastando con un sismo de magnitud 8,8 al territorio chileno. Las primeras reacciones del equipo gubernamental daban la impresión de personas que no sabían lo que estaba sucediendo, sus erráticos análisis sonaban a soberbia y actitud de tener todo bajo control inclusive a la naturaleza. Pero la realidad era otra totalmente opuesta a las declaraciones que con total desparpajo emitían las autoridades de Chile, nada estaba bajo control y todavía venia lo peor con un tsunami del cual nunca se alertó a la ciudadanía. Al ver la negación de ayuda internacional por parte de la Presidenta Bachellet palpé la sensación de que algo andaba mal de ahí el dicho popular “...las cosas pasan por algo”, lo más vergonzoso fue el rechazo a Perú porque sabemos de la rivalidad de estos dos países y el Presidente Alan García actuó correctamente.

La verdad sea dicha si bien Chile ha logrado estabilizar sus ingresos con sus egresos, es decir que se arropa hasta donde le llega la cobija no gasta lo que no tiene y por ende no tiene deuda. Sigue siendo un País pobre con recursos escasos y así quedo evidenciado en los videos donde se ve a la gente robando alimentos, entonces porque esa jactancia de los funcionarios como diciéndole al mundo que ellos están sobrados de lote. Acá veremos dos gráficos para entender mejor lo que digo, se trata del PIB (producto interno bruto) de Chile y Venezuela para darles una idea.

Chile - Producto Interno Bruto (PIB) (miles de millones $)

Venezuela - Producto Interno Bruto (PIB) (miles de millones $)


Si el mundo debe admirar al pueblo chileno es por su tenacidad para sortear la pobreza, logrando estabilizar su moneda y convertirse en un territorio prospero. Lo que no estamos de acuerdo es con ese engaño de decir que Chile es una potencia Latinoamericana, ojala en un futuro lo logre pero dista mucho de eso. Esperemos por ese noble pueblo chileno que sus gobernantes pisen tierra y comiencen a trabajar en función del bien común, el País se lo merece y así lo exige es su destino.