Por: Germán G. Carías Bermúdez
“Yo no tuve que casarme para obtener mis papeles, imagínese si el matrimonio es difícil enamorado como sería ese infierno de vivir en pareja por conveniencia” Así comienza su relato Olga Pérez una de las tantas venezolanas que decidieron emigrar de Venezuela, agarró a sus muchachos y se enfiló a una nueva vida. “Al principio me pegó el cambio pero ahora ya nos acostumbramos a lo bueno, para atrás ni para coger impulso mijo”-Dijo Olga-.
Olga optó por pedir asilo político una modalidad que viene ganando adeptos, porque los tribunales norteamericanos están siendo más flexibles debido a los cambios ideológicos de nuestra patria.
Según las últimas cifras del departamento de seguridad interna de EUA en el dos mil nueve se otorgó Asilo Político a 11 mil 154 compatriotas, el descalabro económico que ha sufrido nuestro País, la inseguridad y la imposición de una nueva tendencia política son los detonantes de este éxodo criollo. “Las autoridades migratorias de Estados Unidos han cambiado su percepción ante el inmigrante venezolano, nos ven como a los cubanos y nos proporcionan un mejor trato” -Afirmó Olga-. La comunidad venezolana ha logrado ser respetada en las diferentes ciudades, por ser trabajadores e integrarse rápidamente a la cultura anglo, aprendiendo el idioma ingles y colaborar con el crecimiento de este gran país.
“Solo esperamos que se logre establecer la democracia nuevamente en Venezuela, nosotros somos un pueblo noble nunca peleábamos por nada. Ahora somos enemigos en nuestras propias casas y eso no lo podemos permitir”. -Terminó su relato Olga-. Los venezolanos que crecimos en democracia y creemos firmemente en ella, no descansaremos hasta que retorne el Estado de Derecho, la libertad de expresión, la igualdad y el respeto a nuestro territorio. Agradecemos la apertura del Gobierno de Los Estados Unidos hacia nuestra causa.
